30 dic 2012

Chacra

En esta edición quiero cerrar el año con lo que, para mi gusto, es el vino que me llamó más la atención en todo el año. El Cincuenta y Cinco, y el Treinta y Dos, de la Bodega Chacra, sin duda fueron unas de mis más gratas sorpresas.













Todo empieza en la provincia de Río Negro, Argentina, al sureste de la provincia de Neuquén, en donde en 2004, Piero Incisa della Rocchetta compró unos viñedos olvidados que datan de 1932. Enseguida, Piero compró otro viñedo de pinot noir del año 1955 y otro de 1967. Esto dio origen al nombre de sus vinos y a la aventura de volverse rápidamente uno de los grand cru más famosos y unos de los mejores pinot noir del mundo.

Piero Incisa della Rocchetta


En este terruño, y con un apasionante proceso, es donde se hacen estos grandes vinos. El clima, parecido al de Neuquén (Bodega Fin del Mundo), es un poco más seco, y con una pureza increíble. Esto permitió a estas vids abandonadas sobrevivir a todas las posibles enfermedades y ser un diamante en bruto esperando ser aprovechadas.

Viñedos Chacra, Rio Negro
Piero instauró un viejo proceso de recolección de uvas, en donde a mano y almacenándolas en cajas de máximo 8 kilos logra preservar a la uva sin que se aplaste. Esto continúa a través de la fermentación, en donde se almacena entera. Esto le permite a la uva mantener y reflejar su antigüedad y su complejidad de taninos suaves.



Una vez terminado el proceso de fermentación alcoholica, las uvas son almacenadas sin piel y de una forma muy delicada a barriles de roble de borgoña, especialmente seleccionados por su dureza, que van a generar una combinación ideal de fruta, del terruño y de madera, en donde la madera se vuelve prácticamente imperceptible.

Después de casi doce meses de almacenamiento en barricas, se filtra y se embotella. El resultado es un olor complejo, con notas minerales y afrutadas, una elegancia sobresaliente, de un vino que es excelente para maridar con platos suaves, y sobretodo un vino que a pesar de tener taninos de viñedos muy viejos, mantiene una textura muy agradable y un final de boca excelente.

Al conocer a Piero este año en la Expo-Vino me comentó sobre la idea que tuvo de instaurar distintos viñedos y exclusividad de producción para cada uno de ellos, pero en lo que realmente me identifiqué fue en ese silencio profundo al preguntarle sobre los vinos, y una simple respuesta, probándolos y disfrutándolos. Sin duda son vinos para disfrutarlos en un momento muy especial, como este fin de año, así que salud y Feliz 2013!

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